martes, 26 de abril de 2011

PELUQUERÍAS Y BARBERÍAS ANTIGUAS

  En la memoria de la gente mayor todavía permanece el recuerdo de los entrañables salones de peluquería y de las barberías que marcaron una época en nuestro entorno.

 Fueron lugares de tertulia y complicidad. Allí el tiempo se paraba, y daba lugar al afeitado, al corte y al peinado.

 Como así lo evoca Martín Jódar, quien estuvo de barbero cerca de 30 años en un céntrico salón de peluquería. "Era estupendo, con un ambiente muy familiar y en el que éramos todos amigos", relata Jódar. Este recuerda la importancia, en aquellos tiempos, de "ir bien afeitado", como una obligación social, casi un rito. Así, "los clientes venían los domingos por la mañana para ir bien afeitados al fútbol por la tarde", evoca. Y es que, excepto los lunes, que estaba cerrado siguiendo una ancestral tradición en las peluquerías. los establecimientos abrían todos los días, "incluido el domingo desde las 8 de la mañana hasta las 2 de la tarde".
 La incorporación de la mujer al trabajo, la popularización del deporte y un largo etcétera introducen los profundos cambios en la sociedad. La belleza y la moda ya no es solo privilegio de un gremio o clase social.                 Los avances técnicos y científicos y hacen de la cosmetología capilar y la peluquería una potente poderosa industria.
 En los primeros años, el pelo a lo varonil para la mujer fue una gran característica, y esto se debió a que ella necesitaba estar cómoda, peinarse rápidamente, ya que, gracias a la revolución industrial, la mujer se había incorporado al mundo del trabajo.
 Para los hombres era típico el corte de pelo " militar", ya que era más cómodo y se les obligaba a llevarlo cuando realizaban la "mili".

No hay comentarios: